El encuentro arrancó el jueves en Chelsea con la presencia de 59 galerías de Estados Unidos, Europa, así como de países latinoamericanos
En medio de una semana de buenas, aunque no grandes, ventas de arte latinoamericano en las casas de subasta Sotheby’ y Christie’s, también tiene lugar en la ciudad de Nueva York la tercera edición de la feria Pinta de arte contemporáneo latinoamericano.
El encuentro arrancó el jueves en Chelsea con la presencia de 59 galerías de Estados Unidos, Europa, así como de países latinoamericanos.
En tres ediciones, Pinta ha logrado ser más que una feria, es un punto de enclave para el arte de la región, como lo describe en entrevista Mauro Herlitzka, director institucional de la feria.
“En el arte latinoamericano hay una agenda creciente año con año. Destaca la cantidad de museos en América Latina, Estados Unidos y Europa que están mostrando una visión amplia y conceptualmente latinoamericana. Hay apertura de nuevos espacios como el MuAC, circulación de conocimiento en seminarios, investigación en las universidades. Después de Pinta viene la exposición de Gabriel Orozco en el MoMA, este año hay grandes muestras que van viajando en la región y hay un coleccionismo que el mercado del arte latinoamericano”, dice el director de la feria.
De ese contexto forman parte galerpias latinas, europeas y estadounidenses, los nuevos y viejos coleccionistas, y los museos. Pinta, que es la única feria dedicada exclusivamente al arte de esta región de América, ya tiene la mira en Europa: del 3 al 6 de junio de 2010 se llevará a cabo en Londres.
“Pinta tiene un formato de feria de arte y eso le da sustentabilidad económica, pero en realidad hablamos de que es un evento de arte, dice Alejandro Zaia, vicepresidente de la feria.
Esto es un evento de arte latinoamericano, con mucha visibilidad en la ciudad más importante cultural y económicamente hablando. Lo que se arma alrededor de Pinta es mucho más que una feria de arte pues hay programas académicos que aprovechan la movida de Pinta.
Zaia cuenta que una de las situaciones más novedosas que ha tenido lugar en Pinta es que no sólo los museos contemporáneos están buscando incrementar sus colecciones de arte latino sino que instituciones muy tradicionales -llámese el Museo den la Universidad de Harvard, el de Filadelfia o el Fine Arts de Boston- participan de Pinta con la finalidad de encontrar una buena obra para formar sus colecciones.
Hasta este domingo, en Pinta se pueden ver y adquirir, obras de latinoamericanos tan distintos como Víctor Grippo, Doris Salcedo, León Ferrari, César Paternosto, Elías Crespín, María Fernanda Cardozo, Ernesto Pujol, Pablo Vargas Lugo, Teresa Margolles, Lygia Pape, Joaquín Torres García, Hélio Oiticica, Jesús Soto, Julio Le Parc, María Freire y un largo etcétera. Por México participarán las galerías Ginocchio y Toca.
Fomento a otros coleccionistas
Uno de los ejes de Pinta es el Programa de Adquisiciones de Museos a partir del cual se convoca a las instituciones que juegan un papel protagónico en el desarrollo y difusión del arte latinoamericano en el mundo. Con esta iniciativa Pinta entrega 10 mil dólares a cada museo, para que adquieran obra durante la feria a cambio de que esa institución ponga una cantidad igual o mayor con el mismo fin.
Este año una de las nuevas instituciones invitadas por el programa es el Museo Tamayo de Arte Contemporáneo, junto con museos como el Fine Arts de Houston, el Fine Arts de Boston, el de Arte de Harvard, el del Barrio de Nueva York y la Pinacoteca de Sao Paulo.
Hay en la actualidad un auge de coleccionismo institucional -destaca Mauro Herlitzka- que se puede señalar en museos como el Malba (Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires), la Pinacoteca de Sao Paulo, el Museo de Arte Moderno en Río de Janeiro, la Biblioteca Luis Angel Arango en Bogotá, el Reina Sofía, la Tate Modern, que tiene un numeroso comité latinoamericano y el Moma en Nueva York.
Al mismo tiempo, en México destaca la obra del Tamayo y el Museo de Arte Moderno, así como el tipo de propuestas que ofrece el Amparo de Puebla.
“Se ha generado un coleccionismo que no sólo tiene interés en adquirir obra, sino de participar institucionalmente en las organizaciones, promover la investigación, que se involucra en comprar y trabajar en la difusión. Junto a los coleccionistas de alrededor de 60 años, está un coleccionista de mediana edad que conoce, valora la región, le interesa cultivarse”, dice Herlitzka.
Será hasta que termine la feria Pinta cuando se pueda hablar del impacto de la crisis para el arte, pero para Mauro Hertlizka “el arte latinoamericano está creciendo de valor y nunca estuvo en procesos de alta especulación. Tiene una situación más sólida. La situación museística y la investigación, le da una estructura muy fuerte, diferente de China, de India, por ejemplo”.
En medio de una semana de buenas, aunque no grandes, ventas de arte latinoamericano en las casas de subasta Sotheby’ y Christie’s, también tiene lugar en la ciudad de Nueva York la tercera edición de la feria Pinta de arte contemporáneo latinoamericano.
El encuentro arrancó el jueves en Chelsea con la presencia de 59 galerías de Estados Unidos, Europa, así como de países latinoamericanos.
En tres ediciones, Pinta ha logrado ser más que una feria, es un punto de enclave para el arte de la región, como lo describe en entrevista Mauro Herlitzka, director institucional de la feria.
“En el arte latinoamericano hay una agenda creciente año con año. Destaca la cantidad de museos en América Latina, Estados Unidos y Europa que están mostrando una visión amplia y conceptualmente latinoamericana. Hay apertura de nuevos espacios como el MuAC, circulación de conocimiento en seminarios, investigación en las universidades. Después de Pinta viene la exposición de Gabriel Orozco en el MoMA, este año hay grandes muestras que van viajando en la región y hay un coleccionismo que el mercado del arte latinoamericano”, dice el director de la feria.
De ese contexto forman parte galerpias latinas, europeas y estadounidenses, los nuevos y viejos coleccionistas, y los museos. Pinta, que es la única feria dedicada exclusivamente al arte de esta región de América, ya tiene la mira en Europa: del 3 al 6 de junio de 2010 se llevará a cabo en Londres.
“Pinta tiene un formato de feria de arte y eso le da sustentabilidad económica, pero en realidad hablamos de que es un evento de arte, dice Alejandro Zaia, vicepresidente de la feria.
Esto es un evento de arte latinoamericano, con mucha visibilidad en la ciudad más importante cultural y económicamente hablando. Lo que se arma alrededor de Pinta es mucho más que una feria de arte pues hay programas académicos que aprovechan la movida de Pinta.
Zaia cuenta que una de las situaciones más novedosas que ha tenido lugar en Pinta es que no sólo los museos contemporáneos están buscando incrementar sus colecciones de arte latino sino que instituciones muy tradicionales -llámese el Museo den la Universidad de Harvard, el de Filadelfia o el Fine Arts de Boston- participan de Pinta con la finalidad de encontrar una buena obra para formar sus colecciones.
Hasta este domingo, en Pinta se pueden ver y adquirir, obras de latinoamericanos tan distintos como Víctor Grippo, Doris Salcedo, León Ferrari, César Paternosto, Elías Crespín, María Fernanda Cardozo, Ernesto Pujol, Pablo Vargas Lugo, Teresa Margolles, Lygia Pape, Joaquín Torres García, Hélio Oiticica, Jesús Soto, Julio Le Parc, María Freire y un largo etcétera. Por México participarán las galerías Ginocchio y Toca.
Fomento a otros coleccionistas
Uno de los ejes de Pinta es el Programa de Adquisiciones de Museos a partir del cual se convoca a las instituciones que juegan un papel protagónico en el desarrollo y difusión del arte latinoamericano en el mundo. Con esta iniciativa Pinta entrega 10 mil dólares a cada museo, para que adquieran obra durante la feria a cambio de que esa institución ponga una cantidad igual o mayor con el mismo fin.
Este año una de las nuevas instituciones invitadas por el programa es el Museo Tamayo de Arte Contemporáneo, junto con museos como el Fine Arts de Houston, el Fine Arts de Boston, el de Arte de Harvard, el del Barrio de Nueva York y la Pinacoteca de Sao Paulo.
Hay en la actualidad un auge de coleccionismo institucional -destaca Mauro Herlitzka- que se puede señalar en museos como el Malba (Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires), la Pinacoteca de Sao Paulo, el Museo de Arte Moderno en Río de Janeiro, la Biblioteca Luis Angel Arango en Bogotá, el Reina Sofía, la Tate Modern, que tiene un numeroso comité latinoamericano y el Moma en Nueva York.
Al mismo tiempo, en México destaca la obra del Tamayo y el Museo de Arte Moderno, así como el tipo de propuestas que ofrece el Amparo de Puebla.
“Se ha generado un coleccionismo que no sólo tiene interés en adquirir obra, sino de participar institucionalmente en las organizaciones, promover la investigación, que se involucra en comprar y trabajar en la difusión. Junto a los coleccionistas de alrededor de 60 años, está un coleccionista de mediana edad que conoce, valora la región, le interesa cultivarse”, dice Herlitzka.
Será hasta que termine la feria Pinta cuando se pueda hablar del impacto de la crisis para el arte, pero para Mauro Hertlizka “el arte latinoamericano está creciendo de valor y nunca estuvo en procesos de alta especulación. Tiene una situación más sólida. La situación museística y la investigación, le da una estructura muy fuerte, diferente de China, de India, por ejemplo”.
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