Por: Francisco Medina
La ópera de Tata Vasco de Miguel Bernal Jiménez (1910-1956), abre la temporada 2010 de Ópera de Bellas Artes (INBA), en colaboración con la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal, a través de su Sistema de Teatros, como un homenaje a este importante compositor michoacano considerado el máximo exponente del movimiento del nacionalismo sacro, en el centenario de su natalicio.
La pieza fue escrita para la celebración del cuarto centenario de la llegada a Pátzcuaro del primer obispo de Michoacán, Vasco de Quiroga. Por su conformación conceptual esta obra, una de las más representativas del catálogo musical del autor, es propicia para presentarse dentro de las celebraciones del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución, según comentó en conferencia de prensa Teresa Vicencio, directora del INBA:
“Con esta puesta se puede ofrecer al público un alto contenido histórico apto para todos los públicos familiares, además de estar garantizada por un extraordinario equipo artístico”, afirmó la funcionaria, quien expresó su beneplácito por seguir colaborando con la Secretaría de Cultura.
A este respecto, Nina Serratos, coordinadora del Sistema de Teatros, ratificó su voluntad de seguir haciendo equipo con el INBA en este y otros proyectos, incluso cuando el Palacio de Bellas Artes, actualmente en reparación, vuelva a abrir sus puertas.
Alonso Escalante, director de la Compañía Nacional de Ópera de la institución, hizo referencia a que esta ópera aborda el tema de la tradición y cultura purépecha de la época, que mezclada con las propuestas de Bernal y del escultor Sebastián, adquiere una perspectiva original y un lenguaje contemporáneo, a partir de la escenografía y el vestuario.
La dirección escénica de esta obra, en cinco cuadros, corre a cargo de David Attie, quien a través de un lenguaje dancístico, con el trabajo del equipo creativo, otorga a la ópera una expresión más simbólica y poética de los referentes musicales de la tierra natal de Bernal, que la vuelve más atractiva para el público.
Tata Vasco, estrenada en 1941 en la ciudad de Pátzcuaro —bajo la dirección del propio Bernal— ha sido presentada pocas veces en el país, de las cuales el director concertador, Fernando Lozano, ha participado en siete ocasiones, que le otorgan un profundo conocimiento musical de la obra.
Con esa experiencia expuso sobre la obra: “Miguel Bernal estuvo siempre preocupado por no separarse del contexto religioso y nacionalista de la época, aunque él contaba con su peculiar estilo de componer, estilo compuesto por acordes difíciles de analizar, con elementos ortodoxos, para cuya ejecución hay que efectuar varios ensayos”.
El escultor Sebastián, quien participa en la escenografía y vestuario, basó su propuesta en cómo Tata Vasco aplicaba las teorías de Tomás Moro, sobre la utopía de la ciudad ideal, mostrando a los indígenas como productores de cosas extraordinarias, lo que, según dijo, sigue en la memoria de Michoacán.
“Partiendo de esto y escuchando su música me adentré para hacer la escenografía; pensando también en la tradición española, pero dando el giro a la modernidad. Tata Vasco fue lo que hizo con esa pequeña sociedad que desarrolló y puso como experimento cultural. Lo que planteo es una escenografía moderna, con proyecciones que van desde lo tradicionalmente religioso a lo actual, con videos, animaciones y la misma escenografía en el color y la forma”.
El equipo, totalmente mexicano que integra la producción de la ópera Tata Vasco, está compuesto por Fernando Lozano (director concertador), el escultor Sebastián (escenografía y vestuario), David Attie (dirección escénica y coreografía) y en la iluminación por Jesús Hernández. También participan la soprano Violeta Dávalos, el tenor José Luis Eleazar y los barítonos Jesús Suaste, Gerardo Castillo y Benito Navarro, con el Coro y Orquesta del Teatro de Bellas Artes y Schola Cantorum de México.
La ópera de Tata Vasco de Miguel Bernal Jiménez (1910-1956), abre la temporada 2010 de Ópera de Bellas Artes (INBA), en colaboración con la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal, a través de su Sistema de Teatros, como un homenaje a este importante compositor michoacano considerado el máximo exponente del movimiento del nacionalismo sacro, en el centenario de su natalicio.
La pieza fue escrita para la celebración del cuarto centenario de la llegada a Pátzcuaro del primer obispo de Michoacán, Vasco de Quiroga. Por su conformación conceptual esta obra, una de las más representativas del catálogo musical del autor, es propicia para presentarse dentro de las celebraciones del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución, según comentó en conferencia de prensa Teresa Vicencio, directora del INBA:
“Con esta puesta se puede ofrecer al público un alto contenido histórico apto para todos los públicos familiares, además de estar garantizada por un extraordinario equipo artístico”, afirmó la funcionaria, quien expresó su beneplácito por seguir colaborando con la Secretaría de Cultura.
A este respecto, Nina Serratos, coordinadora del Sistema de Teatros, ratificó su voluntad de seguir haciendo equipo con el INBA en este y otros proyectos, incluso cuando el Palacio de Bellas Artes, actualmente en reparación, vuelva a abrir sus puertas.
Alonso Escalante, director de la Compañía Nacional de Ópera de la institución, hizo referencia a que esta ópera aborda el tema de la tradición y cultura purépecha de la época, que mezclada con las propuestas de Bernal y del escultor Sebastián, adquiere una perspectiva original y un lenguaje contemporáneo, a partir de la escenografía y el vestuario.
La dirección escénica de esta obra, en cinco cuadros, corre a cargo de David Attie, quien a través de un lenguaje dancístico, con el trabajo del equipo creativo, otorga a la ópera una expresión más simbólica y poética de los referentes musicales de la tierra natal de Bernal, que la vuelve más atractiva para el público.
Tata Vasco, estrenada en 1941 en la ciudad de Pátzcuaro —bajo la dirección del propio Bernal— ha sido presentada pocas veces en el país, de las cuales el director concertador, Fernando Lozano, ha participado en siete ocasiones, que le otorgan un profundo conocimiento musical de la obra.
Con esa experiencia expuso sobre la obra: “Miguel Bernal estuvo siempre preocupado por no separarse del contexto religioso y nacionalista de la época, aunque él contaba con su peculiar estilo de componer, estilo compuesto por acordes difíciles de analizar, con elementos ortodoxos, para cuya ejecución hay que efectuar varios ensayos”.
El escultor Sebastián, quien participa en la escenografía y vestuario, basó su propuesta en cómo Tata Vasco aplicaba las teorías de Tomás Moro, sobre la utopía de la ciudad ideal, mostrando a los indígenas como productores de cosas extraordinarias, lo que, según dijo, sigue en la memoria de Michoacán.
“Partiendo de esto y escuchando su música me adentré para hacer la escenografía; pensando también en la tradición española, pero dando el giro a la modernidad. Tata Vasco fue lo que hizo con esa pequeña sociedad que desarrolló y puso como experimento cultural. Lo que planteo es una escenografía moderna, con proyecciones que van desde lo tradicionalmente religioso a lo actual, con videos, animaciones y la misma escenografía en el color y la forma”.
El equipo, totalmente mexicano que integra la producción de la ópera Tata Vasco, está compuesto por Fernando Lozano (director concertador), el escultor Sebastián (escenografía y vestuario), David Attie (dirección escénica y coreografía) y en la iluminación por Jesús Hernández. También participan la soprano Violeta Dávalos, el tenor José Luis Eleazar y los barítonos Jesús Suaste, Gerardo Castillo y Benito Navarro, con el Coro y Orquesta del Teatro de Bellas Artes y Schola Cantorum de México.
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